Clipping | 29 de enero de 2024 | #330 | Suscribir
La escritora y periodista argentina publicó una novela que indaga en la historia de Silvia Labayru, una joven que fue torturada y violada por unos militares durante la dictadura argentina en diciembre de 1979. [elDiarioAR]
-Cuando le llegó la historia de Silvia Labayru y decidió profundizar en su historia: ¿pensaba que le iba a dar para un libro de 430 páginas?
-Fue mi amigo Dani Yako el que me propuso el contacto con ella. Yo pensé en un artículo para El País Semanal y se lo dije a ella sin hablar con mis editoras, porque tampoco sabía si, después de tantos años de no hablar con el periodismo, iba a querer. Al final de la entrevista me dijo “está bien, hagámoslo”. Pero a la segunda o tercera entrevista yo me di cuenta que la historia era completamente inabarcable porque es muy compleja y para ser contada necesitaba cierta sutileza, que cada una de las piezas fuera encajando de manera natural. Así que le expliqué la idea de hacer un libro, también sin comentárselo a Silvia Sesé, mi editora de Anagrama. De hecho, durante muchos meses no dije nada, simplemente porque yo trabajo de esa manera, no porque quisiera ocultarlo. Me quita un poco de presión, digamos que trabajo más con menos presión.
Hacer un libro da un poco de vértigo porque podés escribir lo que quieras, de ahí a que después te lo publiquen es otro tema. El límite llega cuando la historia está ya contada y no necesita absolutamente nada más. Desde el principio supe que no iba a ser corto: tenía 1.930 páginas solo de transcripciones, sin contar videos vistos, programas de radio escuchados, libros leídos, trabajos académicos, causas judiciales, etcétera.
-¿Cómo queda al terminar un trabajo así?
-Terminar un libro te deja una sensación de vacío siempre. Porque eso capturó tanto tu atención no solo durante la escritura, sino también durante el reporteo. Es como estar todo el tiempo con eso en la cabeza, aunque ni siquiera estés pensando en ello. Después del alivio de decir “bueno, listo, ya lo entregué” siempre sobreviene una especie de duelo. Lo que pasa es que después me vine a la residencia de la Fundación Finestres en Catalunya y me metí de lleno a releer toda la obra de Truman Capote porque tenía que pasar abril y mayo rastreando sus pasos en la Costa Brava. Salí de una cosa gorda y me metí en otra que era bastante complicada también, con toda la tensión que implica hacer un viaje de dos meses fuera de tu casa. Esas ocupaciones y preocupaciones rápidamente me separaron del vacío. Llegué de Palamós, me puse a escribir el texto de Capote y después me fui a un viaje muy largo por Menorca y por Italia buscando a mis ancestros.
“Quería hablar de la culpa retrospectiva, de lo que todavía no se pregunta y no se cuenta”. [Infobae]
2. Escritos sobre tela
Lejos de la anquilosada producción de títulos destinados a juntar polvo sobre la mesita ratona, el actual mercado editorial apuesta a los libros de arte que, en contaminadas y dialógicas plataformas –desde libros-catálogo hasta ensayos–, no se limitan a contar la historia, sino que la hacen. En PERFIL, un panorama actual del libro de arte argentino. [Mariano Oropeza|Perfil]
Guido Indij, el gestor cultural detrás de La Marca Editora y Asunto Impreso, junto a su librería de Monserrat, amplía que “ciertamente la edición de libros de arte implica capacidades, tecnologías, y sensibilidades diferentes a la edición de libros literarios o técnicos. Laten los libros de arte entre libros complejos y la poesía. Los libros de arte son los que se vinculan con esa área de la expresión humana; y el editor, pone el mismo cuidado al que el artista pone al contenido, al continente con que llegará al lector”, indica el editor de los clásicos del rubro, “Pop Latino” de Marcos López, “Buena memoria” de Marcelo Brodsky y “Diseño indígena argentino” de Alejandro Fiadone.
Para Sol Correa, editora de la independiente Buchwald, “Las propuestas tan heterogéneas junto a nuevos espacios de encuentro, como ferias, donde estos proyectos tienen lugar, han diversificado los modos de editar arte en el país. Creo que no son los grandes grupos editoriales los que marcan el ritmo de esos cambios, sino, por el contrario, los proyectos periféricos que, en su necesidad, activan estrategias de producción diferentes”, señala, y bosqueja un ideal de libros de arte, “dejan de ser parte del cotidiano y se vuelven discusión coyuntural e, incluso, existencial. Deben generar sorpresa, fascinación y conmoción”.
3. Laura Ortiz Gómez: "Una juega a hacer operaciones narrativas sobre la vida"
La escritora colombiana publicó el libro "Diario de aterrizaje". La autora bogotana cruza en este texto un relato autobiográfico con elementos ficcionales a partir de una operación literaria de extrañamiento. [Laura Gómez|Página12]
–¿Cómo es esa operación de cruzar lo autobiográfico con la ficción?
–Lo más importante se juega en la forma. Yo trataba de evitar un diario confesional porque iba a ser aburrido, algo que sólo atañe a quien lo escribe. ¿Qué me importan tus problemas? La cuestión era cómo traducirlo para un lector. Intenté aplicar la mirada de cuentista: seleccioné escenas que me impactaron por alguna razón o personas que me dijeron algo significativo. Ese movimiento altera la experiencia y en algún sentido la vuelve ficcional porque una juega a hacer operaciones narrativas sobre la vida. También incorporé un lector imaginario, que no es lo que haces cuando escribes un diario.
Ortiz Gómez, que vivió durante siete años en Buenos Aires, opina sobre la Ley Omnibus que intenta imponer el gobierno de Javier Milei: "La bibliodiversidad argentina es algo que desde afuera vemos como una rareza. Por esto son reconocidos en Latinoamérica y en el mundo".
4. Belén Zavallo: "En el interior la forma de decir es muy rica y nadie se cree poeta por eso"
"El silencio respira como un animal" es una historia estructurada en dos cartas,con la violencia machista de fondo y la maternidad de la propia autora como tema que aflora una y otra vez. [Josefina Marcuzzi|Télam]
Con una impronta poética y la atmósfera de la vida rural como marco que impregna todo el texto, la escritora entrerriana Belén Zavallo publica "El silencio respira como un animal", una historia estructurada en dos cartas, una al padre y la segunda a la madre, que reconstruyen la esencia de una familia fracturada, con la violencia machista de fondo y la maternidad de la propia autora como tema que aflora una y otra vez.
“Cuando escribo estoy en diálogo con los autores que estoy leyendo. Si yo tomo distancia me doy cuenta que un libro con otro van profundizando en el álbum familiar roto. Una cosa se va emparchando con otra. Y también hay algo del daño, de las heridas o de los dolores, que es el lugar desde donde con la escritura se puede hacer algo estético. Algo bello o aproximado a la belleza”.
5. Deborah Eisenberg y Estados Unidos en ruinas
Ida y vuelta con Deborah Eisenberg. La celebrada narradora estadounidense reaparece con una antología de relatos, La venganza de los dinosaurios. Algunos de ellos publicados originalmente en The New Yorker. [Javier Mattio|Revista Ñ]
–Empezó a publicar de manera relativamente tardía, y luego lo siguió haciendo con cierta irregularidad. ¿A qué obedecen esos paréntesis?
–Bueno, nunca planeé ser una escritora. A decir verdad, ¡nunca planeé ser nada en absoluto! Y cuando sucedió que me había vuelto una –o al menos que había escrito ciertas cosas– ya tenía más de 30, una edad tardía para un autor de ficción. Fui una escritora considerablemente lenta, sea como sea, y lo sigo siendo. Ciertamente no es una elección. Preferiría ser en gran medida una escritora rápida, pero no lo soy y tampoco pretendo convertirme en una. Supongo que podría llenar un montón de páginas con un mínimo esfuerzo, pero no es eso a lo que aspiro, no aspiro a llenar páginas. En cuanto a qué ocurre en esos espacios en que no escribo, ¡ojalá lo supiera! El mundo parece cambiar de forma y mi cerebro necesita cambiar con él, supongo, cosa que hace con enorme lentitud.
LAS NOTAS DEL FIN DE SEMANA
Papeles personales: los archivos de escritores e intelectuales donados a la Biblioteca Nacional en 2023. [Daniel Gigena|La Nación]
Primer cónclave: los escritores fantasma salen de la sombra. [Clarín]
Festival de Angulema: un boom de cómics tomados de la realidad. [Clarín]
Retro, diseño y literatura: los Bookcassettes, otra forma de leer los clásicos. [Dolores Pruneda Paz|Télam]
Joseph Campbell, el hombre que halló la madre de todos los relatos. [Nicolás Pichersky|La Nación]
Juan Cárdenas y una novela fascinante sobre la utopía y el nacimiento de las democracias en América latina. [Hinde Pomeraniec|Infobae]
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ESPAÑA
Mariana Travacio: lo divertido de la escritura es no saber a dónde vas. Los protagonistas de las historias de la argentina Mariana Travacio atraviesan abandonos, pérdidas, desarraigos, desolación. Y ella descubre sus destinos a medida que los escribe. [Letras Libres]
Jon Fosse: “Una persona normal no se pasa la vida escribiendo, no lo haces si estás integrado” El premio Nobel noruego recibe a 'La Vanguardia' en Oslo y habla sobre su obra, el alcoholismo y la religión. [La Vanguardia ★]
Joan Didion, la irónica maestra de la literatura del trauma. Random House recupera ‘Una liturgia común’, una historia sobre dos mujeres que tratan de darle sentido al mundo [The Objective]
Silencio, en esta casa se escribe. En esta casa Truman Capote redactó parte de ‘A sangre fría’ durante su retiro en la Costa Brava. Ahora la Casa Sanià se ha convertido en la Residencia Literaria Finestres, uno de los pocos lugares de España creados específicamente para apoyar la producción literaria, donde el tiempo transcurre entre el rugido de las olas y las palabras. [El País ★]
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